domingo, 29 de enero de 2012

Seda, Alessandro Baricco

El autor presentaba la edición italiana de este libro, que tuvo un éxito extraordinario, con estas palabras: Ésta no es una novela. Ni siquiera es un cuento. Ésta es una historia. Empieza con un hombre que atraviesa el mundo, y acaba con un lago que permanece inmóvil, en una jornada de viento. El hombre se llama Hervé Joncour. El lago, no se sabe. Se podría decir que es una historia de amor. Pero si solamente fuera eso, no habría valido la pena contarla. En ella están entremezclados deseos, y dolores, que no tienen un nombre exacto que los designe. Esto es algo muy antiguo. Cuando no se tiene un nombre para decir las cosas, entonces se utilizan historias. No hay mucho más que añadir. Quizá lo mejor sea aclarar que se trata de una historia decimonónica: lo justo para que nadie se espere aviones, lavadoras o psicoanalistas. No los hay. Quizá en otra ocasión.

Seda narra la historia de un hombre, Hervé Joncour, comerciante de gusanos de seda, que debido a circunstancias de su trabajo se ve obligado a viajar a Japón en busca de su preciado material. Allí se encontrará un país complétamente desconocido que vive aislado del resto del mundo y al que es muy difícil acceder. Durante el transcurso de sus viajes se enamorará de una mujer japonesa, lo que le llevará a ir a buscarla dejando atrás a su esposa en Francia.

Ambientada en la segunda mitad del siglo XIX, en una época en la que Japón se encontraba en el fin del mundo, Baricco nos cuenta una historia de amor sencilla, pero no por ello poco original

Este libro lo acabo de terminar de leer, así quizás tenga una impresión demasiado fresca de él. Me ha resultado muy fácil de leer, es un libro corto y la narración se basa casi exclusivamente en los hechos más que en las descripciones, que son muy escuetas y básicas.

La forma de narrar la historia, dándote detalles con cuentagotas, me ha parecido muy original; sólo dice lo necesario para que nos hagamos una imagen mental de lo que pasa, y por ese motivo no encontraremos ni largas descripciones ni diálogos extensos. A mí, personalmente, no me ha gustado esta forma de narrar, pues en una historia de este tipo uno espera que haya más pasión, sentimientos,... y me ha parecido que es demasiado sutil.

Es una novela corta, sin grandes alardes, con un planteamiento inicial sugerente y con un final sorprendente pero que, para mí, no va más allá de hacerte pasar un rato ameno, que ya es bastante.

sábado, 28 de enero de 2012

Siddhartha, Hermann Hesse

Esta novela, ambientada en la India tradicional, relata la vida de Siddharta , un hombre para quien el camino de la verdad pasa por la renuncia y la comprensión de la unidad que subyace en todo lo existente. En sus páginas, el autor ofrece todas las opciones espirituales del hombre. Herman Hesse buceó en el alma de Oriente a fin de aportar sus aspectos positivos a nuestra sociedad. Siddharta es la obra más representativa de este proceso y ha ejercido una gran influencia en la cultura occidental del siglo XX. La verdadera profesión del hombre es encontrar el camino hacia sí mismo.

Siddhartha es la historia de un hombre que, a través de la observación, la meditación y la reflexión es capaz de encontrar la sabiduría. Hecho para el cual necesita toda su vida.

Ambientada en la India, Hermann Hesse nos cuenta la vida de Siddhartha, un hombre que ya desde niño decide dedicar su vida a la meditación, alejándose de todo lo material, y que decide hacerse asceta y unirse a los Samanas, pero este es sólo el principio de un viaje de ida y vuelta que lo llevará a encontrarse a sí mismo y a entender el mundo que lo rodea.

Personajes importantes que ayudan al héroe de esta historia son su amigo Govinda, fiel seguidor de Siddhartha; Kamala, mujer de la que Siddhartha se enamora; Kamaswani, un comerciante que le da empleo a Siddhartha; y Vasudeva, el barquero que le ayuda a cruzar el río. Con cada uno de estos personajes, nuestro protagonista aprende algo y saca una conclusión necesaria para avanzar hacia su objetivo de alcanzar el Nirvana.

Narrada casi sin descripciones y situada en la India milenaria, Hesse nos cuenta, con las palabras justas cada una de las reflexiones internas de su personaje y logra de forma magistral mezclar la narración de los acontecimientos con el carácter más personal de la meditacion, construyendo así una obra en la que podemos encontrar elementos épicos junto con una prosa que casi puede considerarse lírica.

A mi el libro me resultó agradable y fácil de leer, quizás si hubiese sido más largo me hubiera aburrido con tanta meditación y sabiduría. Pero como está escrito creo que contiene la dosis justa. Más me perecería redundante. A partir del tercer tercio del libro (más o menos) empezó a hacérseme un poco monótono y ya no me llamaba tanto la atención, pero no por eso llegó a aburrirme.

En conclusión, es un bonito cuento que te lleva a preguntarte el modo de vida que llevamos en la actualidad, en el que no nos cuestionamos nada de nuestra propia naturaleza como personas.

viernes, 27 de enero de 2012

El gran Gatsby, F. Scott Fitzgerald

¿Quién es Gatsby, el personaje que da nombre a uno de los mitos creados por la novela del siglo XX? Jay Gatsby es un misterio, el hombre que se inventó a sí mismo y ha montado una inmensa fiesta para reconquistar a la deslumbrante Daisy Buchanan, que una vez lo quiso. Nadie sabe de dónde ha salido. Estamos en la primera hora de la Edad del Jazz, en los felices y cinematográficos años veinte, en Nueva York, tiempo de diversión y emoción, orquestas y tiroteos. Gatsby vive en una fabulosa casa de Long Island, y a sus bailes acude «el mundo entero y su amante», cientos de criaturas a quienes no hace falta invitar, insectos alrededor de la luz del festín. La puerta está abierta, y la atracción más enigmática del espectáculo es el dueño de la casa, un millonario que quizá sea un asesino o un espía, sobrino del emperador de Alemania o primo del demonio, héroe de guerra al servicio de su país, los Estados Unidos de América, o simplemente un gángster, un muchacho sin nada que se convirtió en rico. Lo vemos con los ojos del narrador, Nick Carraway, que dice ser honrado y haber aprendido a no juzgar a nadie.

El gran Gatsby es uno de los libros que leí el año pasado. No puedo decir que me encantara la historia, que en algunos momentos la vi demasiado costumbrista, pero sí que me gustó mucho. Salido de una de las plumas más importantes de la literatura norteamericana, Francis Scott Fitzgerald, y publicada en 1925, la novela es un retrato de la alta sociedad de la época, de su opulencia y de sus miserias.

A través del personaje que nos narra la historia, Nick Carraway, vamos conociendo a Jay Gatsby: un hombre joven y multimillonario que, a pesar de su dinero, se encuentra solo y la única forma que tiene de relacionarse y ser aceptado en la sociedad de la que forma parte es ofreciendo magníficas fiestas en su gran mansión. Aunque el objetivo real de dichas fiestas no es otro que Daisy, una mujer que Gatsby conoció cinco años antes cuando era soldado. Enigmático y de pasado incierto, Gatsby es lo que ahora llamaríamos un “nuevo rico”, mal visto por el resto de millonarios que lo rodean. Nick no tarda mucho en convertirse en el mejor amigo (y quizás único) de Gatsby y el único en ofrecerle ayuda y capaz de ver que después de terminar la fiesta queda un hombre triste y solitario al que el dinero no compensa dicha soledad.

A medida que vamos conociendo el carácter y la personalidad de Gatsby nos vamos dando cuenta del porqué de su comportamiento, así como el de los demás hacia él.
Hay historias que se destacan por su originalidad, otras por sus personajes y otras por su ambientación. En El gran Gatsby no se puede destacar nada sobre el resto, todo forma parte de una unidad que le da a la historia una coherencia difícil de encontrar en otros libros: Personajes magistralmente trazados, una historia sin fisuras en un ambiente descrito a la perfección que es casi un protagonista más.

En definitiva, es un libro muy recomendable de leer y que nos enseñará como la imagen que vemos de alguien puede ser muy diferente a la que es en realidad si sólo nos quedamos en la superficie y no intentamos profundizar un poco en la persona y sabemos interpretar sus gestos. Un libro imprescindible de leer.

lunes, 23 de enero de 2012

El invierno de los leones, Jan Costin Wagner

Un frío día de Navidad el médico forense Patrik Laukkane aparece apuñalado en el bosque. Sus compañeros de la policía de Turku, entre ellos el agente Kimmo Joentaa, empiezan a investigar su entorno, convencidos de que su muerte está relacionada con su trabajo policial. Pero cuando, pocas horas después, aparece asesinado un modelador de muñecos anatómicos que participó en un programa de televisión en el que también tomó parte Laukkane, todas las pesquisas se centran en la polémica emisión, sobre todo tras descubrirse que el presentador que los entrevistó ha escapado a duras penas de sufrir la misma suerte que ellos.

Joentaa no tarda en intuir que las muertes están relacionadas con los casos que se trataron durante el programa, pero no consigue descubrir la conexión: ¿encontrará la verdad a tiempo de impedir que el asesino complete su venganza presentándose personalmente en el programa?

Después de haber comentado tres libros magníficos, esta vez toca algo bastante más flojo. "El invierno de los leones" es otra novela negra nórdica de esas que están tan de moda ahora y la verdad es que desde la portada hasta el contenido parecen querer imitar el estilo de Larsson, eso sí, sin conseguirlo nunca.

La novela es la tercera aventura del agente Kimmo Joentaa, hasta ahora completamente desconocido para mí, y en ella Joentaa tiene que investigar tres crímenes relacionados por un programa de televisión.

La historia se nos cuenta desde dos puntos de vista independientes hasta que ambas partes se cruzan al final: desde lo que es la investigación propiamente dicha, con las pesquisas de Joentaa y desde el punto de mira del asesino, lo que hace que sepas quien es desde casi el principio del libro e incluso los motivos (por cierto, muy pillados por los pelos) que le hicieron actuar.

La primera parte de la novela se me hizo tremendamente lenta y liosa, con personajes que no conocía por no haber leído los libros anteriores y un estilo de escritura de frases cortas y repetitivas que supongo que es una forma de darle intriga al relato, pero que a mí me causo el efecto contrario. Pero a partir del tercer crimen la novela mejora un poco, se hace más entretenida y se deja llevar hasta un final sin emoción alguna, totalmente insípido.

Los personajes que se nos muestran son totalmente planos, sin detalles personales que los caractericen ni una historia personal que los haga más interesantes; y a la historia se le podría haber sacado mucha más sustancia de la que muestra, pero entiendo que debe ser cosa del frío. Otra cosa que no he llegado a ver es que relación existe entre el título con lo que luego se nos cuenta.

Básicamente, un libro para leer en diagonal.

domingo, 22 de enero de 2012

En lugar seguro, Wallace Stegner

Cuando dos jóvenes parejas se conocen durante la Gran Depresión surge entre ellas una amistad que durará toda la vida. Son muchas las cosas que inicialmente comparten: Charity Lang y Sally Morgan están esperando su primer hijo, y sus maridos Sid y Larry son profesores de Literatura en la Universidad de Wisconsin, aunque su relación se va haciendo más compleja a medida que comparten décadas de lealtad, amor, fragilidad y desacuerdos.
Treinta y cuatro años más tarde del inicio de esta amistad los Morgan visitan la colonia de veraneo de sus amigos en Vermont para el que saben será su último fin de semana junto a Charity. Durante esa visita Larry rememora todos sus años de amistad: las alegrías, las penas, las ilusiones y también los sueños que quedaron por cumplir; pero por encima del relato de los hechos late una profunda reflexión sobre el amor y la amistad, sobre los intentos de cuatro personas por hacer frente a las tribulaciones de la vida.

En lugar seguro es otra de las joyas de la literatura. La verdad es que la leí hace algún tiempo y no recuerdo bien los detalles. Publicado por primera vez en 1987, en él Stegner nos narra con su magistral dominio del lenguaje una historia de amistad entre dos parejas durante los años de la Gran Depresión y que durará varias décadas.  Ahora, varios años después se reunirán todos por última vez para despedirse.

La historia está narrada a través del punto de vista de Larry y usando saltos temporales mediante los cuales nos va describiendo aquellos años al mismo tiempo que vamos conociendo más datos de los protagonistas en la actualidad. Y eso Stegner lo lleva a cabo de forma magistral, contando en cada fragmento lo necesario para que puedas comprender la personalidad de los personajes sin llegar a desvelar (hasta el momento adecuado) las diferencias en el carácter de los protagonistas entre el pasado y la actualidad.

Sid y Larry son dos profesores universitarios de literatura que coinciden en la Universidad de Wisconsin y ambos proceden de lugares distintos. Sid está casado con Charity Lang, una mujer fuerte capaz de adaptarse a las exigencias del trabajo de su marido y Larry tiene como esposa a Sally Morgan, mujer generosa aunque un poco exigente con su marido. Mientras que los Morgan son de familia acomodada, los Lang pertenecen a la clase media, lo que hace que, al principio, pueda parecer que una amistad entre ellos sea imposible; pero el carácter abierto de los Morgan elimina esta diferencia, capaces de hacer sentir a los Lang como unos miembros más de la sociedad de la que ellos forman parte sin importarles su estatus social. De hecho, creo recordar que una de las preocupaciones de Larry y Charity es que nunca van a poder compensar la generosidad que tienen los Morgan hacia ellos; pero éstos nunca les exigen nada.

Dos capítulos que recuerdo intensamente son en el que se narra la primera visita de los Lang a la casa de los Morgan (y, especialmente la descripción que hace Larry de Sid la primera vez que lo ve fuera de la Universidad) y otro donde se desarrolla una excursión al campo de los cuatro y que supone un punto de inflexión en la novela.

Ambientada en un entorno rodeado por la naturaleza (algo que me encantó)  y contada de una forma sencillamente deliciosa salpicada de reflexiones de las que te hacen pensar que atrapa a medida que vas sabiendo más cosas tanto de los personajes como de las situaciones en las que se encuentran, Stegner hace un hermoso homenaje a la amistad. A una amistad que no es perfecta, que tiene sus fisuras y en la que cada miembro aporta su granito de arena tanto en lo bueno como en lo malo. Y todo esto nos lo dice Stegner a través de los hechos, del comportamiento de sus personajes, dejando que sean éstos los que vayan definiéndose.

Oración por Owen, John Irving

John Wheelwright, un hombre maduro, anglicano y virgen por convicción, recuerda a su mejor amigo de infancia, Owen Meany, un extraño niño enclenque y bajito, de voz quebradiza y una excepcional capacidad de predicción, con el que jugaba al béisbol. A partir de un extraño accidente en que muere la madre de John, Irving nos sumerge en una extraordinaria historia, tierna y terrible, cómica y amarga a la vez, llena de acontecimientos anómalos y a veces milagrosos.
¿Qué puedo decir de Irving? Cuando lo descubrí en La última noche en Twisted River me propuse leerme todas sus novelas. Sin prisas. Disfrutando de su prosa y de su magnífica imaginación para desarrollar historias. Este fue mi segundo Irving y sólo puedo decir que es uno de los mejores libros que he leido nunca.
 
A traves de John Wheelwrigh, profesor de literatura y el único amigo que tuvo Owen en la infancia y narrador de la historia, Irving nos cuenta la vida de Owen Meany, un chico nacido con problemas de crecimiento y voz de pito pero dotado con una increible capacidad de predicción.
 
Una de las cosas que más impactan cuando lees el libro es como van cambiando tus impresiones hacia Owen. Primero te parece un niño malcriado y egoista, después pasas a odiarlo, con lo que el personaje se te hace costoso, pero a partir de ahí la idea que tienes de él va cambiando cuando comprendes sus actos y vas conociendo más cosas de su personalidad, su forma de pensar y sus motivos, que no son otros que el propio Dios. El mismo Owen se cataloga como "un intrumento de Dios"  y no duda en defender esa idea incluso frente al propio director de la escuela, que es sacerdote, lo que provoca situaciones hilarantes.
 
El personaje de John Wheelwrigh no es un mero narrador de la historia, ya que es parte fundamental en el desarrollo de los acontecimientos y está fuertemente influenciado por Owen. De hecho se hace creyente porque éste le demuestra que Dios existe. Al principio no comprendes bien su amistad hacia Owen hasta que tú mismo no conoces a Owen como él lo conoce. Es el personaje del que más te llegas a encariñar en los primeros capítulos o, al menos lo fue para mí. Los comentarios acerca de los libros que les manda leer a sus alumnas son reflexiones geniales (Irving estudió literatura en la Universidad) y si resulta, como fue mi caso, que algunos de esos libros lo has leido, la complicidad te hace sonreir.
 
Otro personaje fundamental es la madre de Johhny, única persona que conoce quien es el padre de su hijo. Una mujer joven y guapa que esconde más secretos de los que parece y motivo de muchas de las aventuras de Johnny y Owen.  
 
Es este un libro lleno de situaciones agridulces, de esas en las que no sabes si llorar o reir pero que ni la seriedad de lo ocurrido se ve afectada por el modo casi cómico en que ocurre ni viceversa. Otra cosa que me gustó de la novela es que los personajes evolucionan a medida que se van haciendo mayores y se ve como su forma de pensar se va adaptando.
 
Algo que no llegó a gustarme mucho y que me aburrió bastante fueron algunas partes en las que Irving nos habla de política americana. A mí se me hicieron un poco pesadas, posiblemente porque es un tema que desconozco y no me interesa mucho.
 
En definitiva, a través de una pelota de beisbol, un armadillo y un maniquí sin brazos, Irving nos cuenta una historia llena de emociones pero que no llega nunca al sentimentalismo, con una trama llevada magistralmente y en el que todo tiene su porqué.

viernes, 20 de enero de 2012

La sed, George Simenon

En la idílica Floreana, una isla en el archipiélago de las Galápagos, vive desde hace cinco años Frantz Müller, eminente profesor universitario de Berlín y autor de importantes obras filosóficas. Tiene como compañera a Rita y, como vecinos, a los Herrmann, que se han instalado en la isla con la esperanza de que mejore la salud de su enfermizo hijo Jef. Acorde con su filosofía existencial, la forma de vivir de los habitantes de Floreana es muy primitiva, casi de subsistencia, pues sólo cada seis meses les trae víveres una goleta. Pero la paz de la isla se ve arruinada el día en que desembarca la excéntrica e insoportable condesa Von Kleber, que, acompañada de los gigolós Nic y Kraus, llega decidida a abrir un hotel para turistas adinerados en lo que ella considera el paraíso.

Esta es la última novela que he terminado de leer y mi primer contacto con Simenon.

Ambientada en una isla en el archipiélago de las Galápagos, la historia comienza con la llegada a la isla de la excéntrica condesa Von Kleber y sus dos amigos con la intención de construir un hotel. Esta intrusión supone un cambio radical para todas las personas que en ese momento habitan la isla, a saber, el doctor Frantz Müller con su compañera Rita y sus vecinos los Herrmann.

A partir de la llegada de la condesa empiezan a suceder en la isla una serie de acontecimientos que cambiarán completamente el modo de vivir de sus inquilinos, cuya forma de vida es casi la de subsistencia. El carácter excéntrico y festivo de la condesa choca completamente con el modo de ser reflexivo y práctico del doctor, escritor de obras filosóficas, lo que llevará a una disputa por los mínimos recursos de la isla (de ahí el título del libro, aunque también se pueda entender de un modo más metafórico).

Centrándose completamente los personajes, Simenon nos describe lo difícil que puede ser la convivencia entre personas tan distintas cuando ninguna está dispuesta a ceder, situándolas además en un entorno aislado del que es muy difícil salir.

Quitando que, en mi opinión, le falta alguna descripción para poder hacerse una idea de como es el entorno y que alguna historia secundaria la deja un poco a medias, es un libro muy recomendable. No va a ser, desde luego, lo último que lea de Simenon.