Con las bendiciones de su
fallecido padre resonando en su cabeza, el joven granjero Joseph Wayne abandona
la casa familiar en Vermont para iniciar una nueva vida en California. Allí
hará realidad su sueño de construir una granja en un fértil valle, mientras
cada vez más obsesionado con un imponente árbol que crece junto a la casa,
acabará convencido de que en él mora el espíritu de su progenitor. La
prosperidad le decide a traer junto a él a sus hermanos y sus familias, pero
uno de ellos, atemorizado por lo que considera creencias paganas de Joseph,
talará el árbol. Y todo cambiará para siempre. Esta segunda novela de John Steinbeck, repleta de referencias a los ritos paganos, los mitos griegos y la
Biblia, es una hermosa indagación en la relación del hombre con la Naturaleza,
y una magistral reflexión sobre el destino.
En A un dios desconocido, Steinbeck nos cuenta la historia
de un hombre que decide abandonar el hogar paterno y establecerse en tierras
californianas. Con este inicio, empieza una historia en la que las relaciones
familiares se verán afectadas por las creencias religiosas cuando, Joseph
Wayne, el protagonista principal de esta historia, empieza a creer que el árbol
junto a su casa alberga el espíritu de su padre recientemente fallecido.
Cuando Joseph Wayne llega a California y descubre el lugar
en el que va a construir su nueva casa, junto a un gran árbol, siente algo
especial, que ese es justo el lugar en el que debe establecerse y no otro.
Cuando días más tarde recibe la noticia de la muerte de su padre, cree que ha
sido su espíritu el que lo ha guiado hasta ese lugar y que dicho espíritu ahora
mora en el árbol junto al que ha construido su casa. Días más tarde se traslada
el resto de sus hermanos al mismo lugar, donde construyen sus casas unas junto
a otras. Y ahora es cuando empieza lo interesante de este libro.
La convivencia entre ellos es normal hasta que Burton, uno
de los hermanos de Joseph considera ofensiva hacia el Dios en el que él cree,
que su hermano venere un árbol, por considerarla una creencia pagana, y más aún
cuando lo relaciona con una serie de desafortunados acontecimientos. Ambos hermanos creen que su destino está ligado al del árbol, Joseph porque lo considera como el punto de origen a partir del cual construir su vida y Burton porque está convencido de que las ideas paganas de su hermano solo pueden traer desgracias. Eso hace
que Joseph empiece a comportarse de un modo extraño. Empieza a adorar de un
modo obsesivo al árbol, a la tierra y, en general, a toda la naturaleza que le
rodea, lo que hace que se distancie cada vez más de su familia.
Es una historia bastante diferente a lo que había leído de
Steinbeck hasta ahora. Mientras que el resto son historias más cotidianas, aquí
se adentra en temas más espirituales y religiosos. La disputa entre creencias
religiosas y paganas, la negativa a aceptar ideas diferentes a la nuestra o el
descubrimiento de culturas diferentes (en este caso la relación con los
mejicanos) son los temas de fondo de esta historia llena de alegorías, además de
ser un hermoso homenaje a la Naturaleza, a la tierra que nos da de comer.
Como suele ser habitual en Steinbeck, los protagonistas son
gente humilde, de escasa cultura y que se ganan la vida con su trabajo. A pesar
de ser el segundo libro que publicó, su prosa es magnífica, fluida, con unos
personajes dibujados en pocas líneas pero de los que tenemos una imagen bien
definida. Es una historia que da para abrir un debate, pero que Steinbeck trata
con imparcialidad. Nos hace ver que el amor que siente Joseph por la Naturaleza
es real, que la tierra es real, que el árbol existe de verdad. Son cosas que
están ahí, que podemos ver, oler, tocar… Pero, al mismo tiempo, es tan
exagerada esa veneración de Joseph hacia la Naturaleza que nos hace pensar si
no será todo fruto de una locura.
Es una novela muy recomendable y
que no dejará indiferente a nadie, sean cuales sean sus creencias y en el que
es imposible no posicionarse de parte de uno de los dos hermanos.